#ElPerúQueQueremos

Proyectos de irrigación en la costa: no son tan buenos como los pintan

Publicado: 2012-03-14

Artículo escrito por Beatriz Salazar CEPES para La Revista Agraria

En los últimos treinta años, el Estado ha hecho una enorme inversión en proyectos de irrigación de gran escala en la costa, y existen planes para continuar invirtiendo miles de millones en este tipo de iniciativas. Sin embargo, hay dudas sobre si esta opción para la ampliación de la frontera agrícola es la mejor en términos de beneficios para el país, no solo económicos, sino también sociales y ambientales. En este artículo examinaremos algunas razones para este cuestionamiento, a partir de los proyectos en la costa norte.

Las grandes irrigaciones en la costa implican, tradicionalmente, trasvasar agua desde la vertiente oriental de los Andes y construir grandes represas en las partes altas de las cuencas. Una de las críticas a estas obras de infraestructura es que agravan el problema de salinización de los suelos en las partes bajas de las cuencas involucradas. El ingeniero Wilson Suárez —glaciólogo del Senamhi— explica que cuando se trae agua de otra cuenca y no se toman precauciones para balancear el nivel del agua subterránea o napa freática, no toda el agua captada es absorbida por los cultivos irrigados, pues una parte se infiltra en el suelo y se une al caudal de agua subterránea, lo que provoca el aumento del nivel de la napa freática. El problema es que si la napa llega al nivel del suelo, se forma un pantano y el área agrícola afectada se vuelve improductiva, según precisa Suárez. Normalmente, el daño no se presenta en la parte alta o media del valle, donde suelen estar las tierras irrigadas por los grandes proyectos: el perjuicio se da en las zonas más bajas, donde están concentrados los pequeños agricultores.

Este problema ya se está presentando en Chavimochic. Los ingenieros Fredesbindo Vasquez y Ricardo Turkowski realizaron un estudio1, en 1998, sobre el aumento de la napa freática en los valles de Chao, Virú y Moche, y concluyeron que, en el caso de Chavimochic, «al no haberse implementado la recomendación de usar las aguas subterráneas en el esquema de abastecimiento de agua, se está presentado un deterioro acelerado de grandes extensiones de tierras altamente productivas por elevación del nivel freático». También advertían —en 1998— que, en los alrededores de la ciudad de Trujillo, «es posible que a mediano o largo plazo el valle termine empantanándose. Lo peligroso de esto es que puede afectar a la ciudad de Trujillo y a la ciudadela de Chan Chan».

Lo alarmante es que estos pronósticos se están cumpliendo. Recientemente, el ingeniero Carlos Bocanegra, docente e investigador en la Universidad Nacional de Trujillo, advirtió que, «en la década del ochenta, la profundidad de la napa oscilaba entre 20 y 30 metros; ahora es entre 0.50, 0.80 y dos metros». Esto se agravará cuando se ejecute la tercera etapa de Chavimochic.

Como si no bastaran los problemas de sobrecarga de la napa freática, insuficiente drenaje y conflictos interregionales que provocan estas grandes irrigaciones, en las próximas décadas el cambio climático puede poner en peligro la existencia misma de algunos de estos proyectos, arruinando todas las esperanzas puestas en ellos. Por ejemplo, investigaciones recientes2 han advertido que Chinecas y Chavimochic son vulnerables al proceso de deglaciación en la Cordillera Blanca.

El ingeniero Wilson Suárez —quien participó en uno de los estudios que advierten los efectos de la deglaciación3— explica que ambos proyectos dependen del agua del río Santa. En las próximas décadas, durante la época de estiaje, este río recibirá cada vez menos agua del glaciar y dependerá principalmente de las lluvias y el agua subterránea, y su caudal no llegaría a cubrir las necesidades hídricas de ambos proyectos.

Lo más preocupante es que el gobierno anunció —a mediados de febrero— su compromiso de declarar la viabilidad del proyecto Chinecas. ¿Es una buena inversión a largo plazo? ¿Se han tomado en cuenta los estudios técnicos al tomar esta decisión? Se debe advertir que expertos de la FAO y del Ministerio de Economía recomendaron, el año pasado, que previamente se efectuaran estudios más detallados4.

Los proyectos Olmos y Alto Piura también enfrentarían problemas. Varios especialistas —entre ellos, el exministro del Ambiente, Brack Egg— advierten que las aguas del río Huancabamba no alcanzarían para abastecer a ambos proyectos. Un elemento adicional es que este río se alimenta parcialmente con las aguas provenientes de los páramos de Piura, que estarían amenazados por la presencia de actividades mineras, pues existen 483 concesiones en esa zona. Estos problemas, presentes y futuros, llevan a cuestionar la conveniencia de continuar promoviendo grandes proyectos de irrigación en la costa. María Teresa Oré —del Instituto para la Promoción de Agua (Iproga)—sostiene que, en el ámbito internacional, las políticas hídricas ya no impulsan este tipo iniciativas. Incluso el Banco Mundial y otras entidades ponen cada vez más reparos debido al impacto ambiental negativo.

En la actualidad, lo que se prioriza es mantener los cauces naturales de los ríos, sin desviarlos artificialmente. En lugar de continuar promoviendo grandes irrigaciones, una solución para la costa pasaría por gestionar la demanda hídrica y priorizar los cultivos que consumen menos agua, pero, sobre todo, pasaría por implementar un sistema efectivo de gobernanza del agua que garantice una gestión sostenible del recurso y empodere a los pequeños agricultores para que participen en condiciones de equidad en la toma de decisiones sobre la gestión del agua.

Los enormes recursos gastados en estos megaproyectos estarían mejor invertidos en obras de irrigación más pequeñas y localizadas en todo el país, como pequeños reservorios, o en la masificación de prácticas como la siembra y cosecha de agua. Jaime Llosa —ingeniero agrónomo y consultor de proyectos hídricos— resalta el potencial de prácticas que ya se están desarrollando con éxito en la sierra. Por ejemplo, la experiencia de dieciocho amunas recuperadas en la cuenca de Huaura, o el caso de riego de 8,000 hectáreas en el valle del Colca, usando el agua de deshielo de los nevados y con canales prehispánicos.

Sin embargo, el Estado continúa privilegiando el modelo de megairrigaciones en la costa, con el agravante de que las nuevas tierras ganadas —como las de Chavimochic y Olmos— están fuera del alcance económico de los agricultores locales, consolidándose así un modelo excluyente que relega a los pobladores rurales costeños al rol de peones con derechos laborales recortados.

Notas

1 Vásquez, Fredesbindo y Ricardo Turkowsky (2000). Salinidad en proyectos de riego en la costa del Perú. FAO

2 Bradley, R. S.; Vuille, M.; Díaz, H. F. & Vergara, W. (2006). «Threats to water supplies in the tropical Andes». Science 312, 1755–1756. US Agency for International Development 2010. Case Study - Glacial Retreat and Adaptation Options in Peru’s Rio Santa River Basin.

3 Chevallier, P.; Pouyaud, B.; Suárez, W.; Condom, T. (2010). «Climate change threats to environment in the tropical Andes: glaciers and water resources». Reg. Environ Change. doi:10.1007/ s10113-010-0177-6.

4 Ver informe de evaluación del estudio de preinversión del proyecto Chinecas a nivel PIP:< o f i . m e f . g o b . p e / b p / C o n s u l t a r P I P / CHINECAS.pdf>.

Más información:

http://www.cepes.org.pe

http://www.facebook.com/CEPESRURAL

http://twitter.com/CEPES_RURAL

http://www.youtube.com/cepesperu

http://cepesrural.lamula.pe/

http://www.larevistaagraria.info/

http://www.radiowebrural.com

http://fernandoeguren.blogspot.com/

http://cambioclimaticorural.blogspot.com/


Escrito por

CEPESRURAL

Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) ¡Somos una ONG que apuesta por el Desarrollo Rural! Síguenos: @CEPES_RURAL


Publicado en

CEPESRURAL

¡Apostando por el Desarrollo Rural...! Nuestros TEMAS: Agricultura, Seguridad Alimentaria, Recursos Naturales, Cambio Climático.