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¿«Seguridad» o «soberanía» alimentaria?

A raíz del alza de los precios de los alimentos, el concepto de soberanía alimentaria ha ido ganando terreno

Publicado: 2013-07-03

Artículo escrito por Fernando Eguren (CEPES) , para La Revista Agraria

En la actualidad, alrededor de mil millones de personas sufren hambre. En el Perú, 19 de cada 100 niños están desnutridos —aunque ha habido mejoras en los últimos años (1)—, pero los promedios nacionales son engañosos, pues la desnutrición continúa siendo un problema social muy grave. Después de diez años de crecimiento económico, todavía, en Huancavelica, alrededor del 60% de los niños menores de 5 años sufren desnutrición crónica; 45% en Cajamarca y 41% en Cusco (patrón de referencia OMS) (2).

Años atrás, se creía que el hambre era producto de desastres naturales que destruían las cosechas: sequías e inundaciones, así como de pestes y enfermedades de las plantas, temperaturas extremas, etc. Todo ello ocasionaba escasez de alimentos y, por tanto, situaciones de hambruna.

Pero en el siglo pasado se llegó al consenso de que el hambre era causado sobre todo por razones políticas y sociales: guerras, pobreza, desigualdad, concentración del poder político y económico. En el logro de este consenso tuvo gran importancia el médico y economista brasileño Josué de Castro (1908-1973), que escribió dos obras que conmovieron al mundo: Geografía del hambre y Geopolítica del hambre. Su tesis central era que el hambre era causado por el subdesarrollo, resultado a su vez de la mala utilización de los recursos naturales y humanos. Tuvo una gran influencia en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuyo consejo ejecutivo presidió.

¿Qué es la seguridad alimentaria?

La FAO, reconociendo que el hambre es un problema del cual ningún país se puede sentir liberado, convocó en 1974 a una primera cumbre mundial para analizar la situación del hambre y la desnutrición en el mundo. Años después, en 1996, los países del planeta, reunidos en una nueva cumbre mundial sobre la alimentación, acordaron adoptar por consenso la siguiente definición de seguridad alimentaria:

«La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana».

Los cuatro pilares de la seguridad alimentaria son, pues: la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad. La dimensión nutricional es parte integrante y fundamental del concepto de seguridad alimentaria(3).

¿Qué es la soberanía alimentaria?

Pero, simultáneamente, en 1996, la Vía Campesina —una importante red mundial de organizaciones campesinas— adoptó otra definición del tema, llamándola soberanía alimentaria. La definición ha ido evolucionando en el tiempo, siendo la última versión la siguiente:

«La soberanía alimentaria es el derecho fundamental de todos los pueblos, naciones y Estados a controlar sus alimentos y sus sistemas alimentarios y a decidir sus políticas asegurando a cada uno alimentos de calidad, adecuados, accesibles, nutritivos y culturalmente apropiados. Ello incluye el derecho de los pueblos para definir sus formas de producción, uso e intercambio, tanto a nivel local como internacional»(4).

Mientras que el concepto de seguridad alimentaria de la FAO aceptaba plenamente las reglas de juego del comercio internacional (establecidas, básicamente, por la Organización Mundial del Comercio, OMC, fuertemente influenciada por los países más ricos y las empresas transnacionales, y luego por los tratados de libre comercio), el de soberanía alimentaria enfatizaba la soberanía nacional en materia alimentaria, por encima de esas reglas comerciales, así como el papel central del campesinado. Si bien en el tiempo ha habido un cierto acercamiento entre ambas concepciones, es la definición de la FAO la que ha sido oficializada por los gobiernos de la mayoría de países del mundo, incluido el Perú.

¿Existe en el Perú seguridad alimentaria?

La respuesta a esta pregunta varía según el componente de la seguridad alimentaria.

1. ¿Hay abastecimiento suficiente?El Perú depende de las importaciones de un grupo reducido — pero importante— de alimentos: importamos el 87% del trigo que consumimos, el 54% de maíz amarillo, el 96% de la soja y el 41% del azúcar blanca(5) . Podría afirmarse que no estamos en una situación crítica, pero si proyectamos las necesidades de alimentos a un futuro con mayor población, entonces sí puede haber problemas: o nos volvemos más dependientes de las importaciones (pero el mercado internacional de alimentos es cada vez más impredecible y los precios tienden al alza), o se aumentan los rendimientos agrícolas en forma significativa, o hay que ampliar la frontera agrícola (y, además, competir con la producción para la exportación y para agrocombustibles).

2. ¿Hay acceso suficiente? Mientras haya población pobre y territorios mal comunicados, habrá problemas de acceso de alimentos para toda la población, muchos de los cuales dependen de los programas sociales (que seguirán existiendo mientras el Estado tenga los recursos y la voluntad política, y ambas son condiciones que pueden cambiar). Se ha reducido la pobreza, pero todavía, en 2012, el 26% son pobres (en el área rural son más: 53%) y el 6% son extremadamente pobres (en el área rural: 20%).

3. ¿Se usan bien los alimentos? Sin agua potable no hay buena alimentación (el consumo de agua no potable produce diarreas en los niños), y aún hay 7 millones de personas que no acceden a ella (6). Se consume de manera creciente la llamada comida chatarra, que es una de las principales causas del sobrepeso y la obesidad. Un alto porcentaje de la población tiene sobrepeso (ver el artículo «¿Por qué es necesaria la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable?» en esta misma edición). Por otro lado, no hay un debido control sobre la inocuidad de los alimentos que consumimos. En el caso de los alimentos de origen agrario, el control sanitario se hace para aquellos que son exportados, pero muy poco o nada para los que se consumen en el país (cultivos regados con aguas contaminadas, tratados con insumos químicos tóxicos, manipulados en condiciones antihigiénicas).

4. ¿Hay estabilidad en mantener la seguridad alimentaria? Los fenómenos naturales (lluvias, inundaciones, heladas, sequías, temperaturas muy altas o muy bajas) pueden ser causa de interrupción en la producción de alimentos (los eventos climáticos afectaron total o parcialmente los cultivos en 742 mil hectáreas entre los años 2000 y 2010) (7) o en su distribución (destrucción de carreteras y puentes). Además, no hay, realmente, un plan nacional de seguridad alimentaria que ordene la acción coordinada de los diferentes niveles de gobierno y los diferentes sectores, ni políticas preventivas o recursos suficientes para enfrentar eventos mayores.


Dilemas del gobierno peruano

A raíz de la crisis alimentaria desatada en 2007-2008 por el alza de los precios de los alimentos, el concepto de soberanía alimentaria ha ido ganando terreno. El gobierno peruano se encuentra en dificultades para evitar el uso del término en la novísima Estrategia nacional de seguridad alimentaria y nutricional, que está circulando para comentarios, y en el proyecto de ley sobre el mismo tema, que está en debate en el Congreso. Por el momento, ha optado por hacer una definición ad hoc de soberanía alimentaria «dentro de los marcos de los acuerdos internacionales», es decir, de los TLC y los de la OMC suscritos; opción sin salida, pues precisamente estos acuerdos limitan la soberanía alimentaria.

En una reciente publicación, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) informa que en el país hay 734 distritos calificados con «muy alta» y «alta» vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria, en donde habitan 4.5 millones de personas, principalmente del sector rural (8). En síntesis, la alimentación no es segura para toda la población. Es segura para los sectores poblacionales no pobres, para las ciudades y para los territorios bien comunicados; no lo es para las poblaciones pobres, para las áreas rurales y para los territorios con escasas vías de comunicación. La seguridad alimentaria es, pues, un tema amplio y complejo que requiere atención prioritaria y urgente por el Estado, los partidos políticos y las instituciones de la sociedad civil.




Notas

1 En este mes de junio, la FAO entregó diplomas a dieciocho países, entre ellos el Perú, por haber alcanzado anticipadamente las metas del Objetivo de Desarrollo del Milenio número uno: reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre para 2015.

2 INEI/MEF/Usaid. Indicadores de resultado identificados en los programas estratégicos. Endes. Cuadro 2.

3 FAO. «Declaración de la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria». Roma, 16-18 de noviembre de 2009.

4 VI Conferencia de la Vía Campesina. Yakarta, 9 al 13 de junio de 2013.

5 Información para 2009, en Minag. Plan estratégico sectorial multianual 2012-2016. Lima, 2012. Accesible en <http://bit.ly/NlCVmq>.

6 Autoridad Nacional del Agua. «Situación actual y perspectivas en el sector agua y saneamiento en el Perú». Lima, marzo de 2013. <http://www.camara-alemana.org. pe/downloads/2-130311-ANA.pdf>.

7 Minag. «Plan nacional de gestión del riesgo y adaptación a los efectos adversos del cambio climático en el sector agrario para el periodo 2012-2021, Plangracc». Presentación en Power Point .

8 Mimdes. Mapa de vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria. Lima, 2012.

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