La agricultura familiar en el Perú ya no es la de antes
Una de las discusiones más importantes del reciente Sepia XV
Artículo escrito por Laureano del Castillo para La Revista Agraria
Desde hace veintiocho años, el Seminario Permanente de Investigación Agraria (Sepia) reúne a investigadores agrarios nacionales, de las ciencias sociales y naturales, que tienen el común interés de conocer la problemática del mundo rural y aportar a la formulación de políticas públicas. Este 22 de agosto, luego de tres días de exposiciones, seguidas de intensas deliberaciones, culminó en la ciudad de Chachapoyas, Amazonas, la edición XV del Sepia.
En esta nueva reunión bienal, que reunió a trescientos investigadores y estudiantes, los temas centrales fueron: Estrategias de vida, cambios en la tenencia de la tierra y cambios demográficos en el mundo rural; Servicios ambientales y desarrollo rural sostenible; y Políticas de inversión pública y su impacto sobreel desarrollo rural.
El análisis sobre la complejidad del mundo rural
Como es imposible recoger la riqueza de los debates, nos limitaremos a destacar las ideas presentadas en la ponencia de balance sobre el primer tema, titulada: «Cambios en la ruralidad y cambios en las estrategias de vida en el mundo rural». Allí se dio cuenta del contexto actual del mundo rural, presentando su mayor complejidad, la que hace que los límites entre los ámbitos urbano y rural se tornen menos definidos de lo que se consideraba. Junto al fuerte proceso de urbanización del país, se han producido algunos cambios importantes que están modificando las condiciones de vida de los pobladores rurales.
En concordancia con ello, parecen estar consolidándose otros cambios, como la doble residencia de los pobladores rurales (en el campo y también en las ciudades), por lo menos en una porción significativa de la población rural. El tamaño de la familia nuclear se ha reducido, aunque el nivel educativo de la población rural se ha incrementado y muestra una mayor movilidad. El aumento de la edad de los productores agrarios parece haber continuado, pero llama la atención una mayor feminización del campo, como
ocurre en otros países. Adicionalmente, como se detectaba en estudios anteriores, la pluriactividad de los campesinos es un rasgo característico, mostrando que los ingresos provenientes de la actividad agraria se combinan con otros que tienen mayor importancia.
Esas características, y otras que requieren mayor estudio, llevan a la necesidad de revisar algunas ideas y a retomar antiguos debates, para definir mejor a las familias campesinas y la agricultura familiar en estos tiempos. La mayor vinculación al mercado, el incremento de las unidades agropecuarias, la fragmentación de las tierras comunales, la mejora de las vías de comunicación y la mejora de las comunicaciones, en general, han definido nuevas relaciones que obligan, en efecto, a cuestionar algunas de las certezas que se tenían del mundo rural.
Al mismo tiempo, las políticas públicas aplicadas en las últimas décadas, aunque todavía no están suficientemente articuladas, han contribuido a definir nuevas relaciones que requieren estudiarse con más atención. Así, políticas aisladas como la mejora de la vialidad y las comunicaciones, si bien generan efectos positivos, por ellas mismas no garantizan el desarrollo rural. En esa línea, el tema de la necesidad de definir una política educativa adecuada para el sector rural mereció especial atención y debate en esta edición XV del Sepia.
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