Julio Postigo, director de Análisis y Mapeo de Impactos del Cambio Climático para la Adaptación y Seguridad Alimentaria (Amicaf), de la FAO, asegura que la quinua que crece en las zonas altas y bajas es uno de los productos que se adapta con mayor éxito a las variaciones de las temperaturas. 

¿La influencia del cambio climático en la seguridad alimentaria es hoy una realidad?

La ciencia demostró que existe hoy un cambio climático y que tiene sus orígenes en la acción humana. Es cierto que existen los ‘negacionistas’ que aseguran que siempre existió un cambio climático de larga duración. Pero hoy las investigaciones demuestran que la variabilidad del clima no es por causas naturales, sino que tiene su raíz en lo realizado por el hombre desde la Revolución Industrial. 

Entonces, ¿por qué dicen que no existe cambio climático?

El que te dice que no existe cambio climático es aquel que tiene mala intención, es ignorante o ambas cosas.

¿Cuáles son las zonas más vulnerables en el mundo?

Se debe considerar diferentes aspectos de la vulnerabilidad: la exposición, la sensibilidad y la capacidad adaptativa. Existen zonas muy expuestas que son muy sensibles, pero que tienen capacidad adaptativa. Por ejemplo, Nueva York y la llegada del huracán ‘Sandie’. La ciudad estuvo expuesta, pero tuvo mucha capacidad para recuperarse. En el lado opuesto se encuentra la África Subsahariana, que está expuesta no solo a sequías prolongadas, sino que además tiene una capacidad adaptativa limitada por la pobreza. 

¿Y cómo estamos en América Latina?

En Centroamérica y el Caribe están expuestos a las tormentas tropicales. La cantidad de huracanes ha aumentado y su severidad también. Las construcciones no son capaces de resistir. Ahora existe un problema de sequía. En la zona andina, el tema es el retiro de glaciares en las zonas tropicales. En nuestro país se ha perdido el 22% del agua y también la capacidad de tener el recurso en tiempos de estiaje, es decir, cuando un río registra su caudal mínimo. 

¿Qué otros efectos tendremos?

Tendremos eventos más frecuentes y severos. Entre ellos están las heladas. Todo depende de la vulnerabilidad. Las zonas altoandinas se encuentran más expuestas y son más sensibles a los cambios climáticos; por ello, son las más afectadas. 

¿Qué se debe hacer en el ámbito agrícola y de crianza?

Se debe investigar cuáles son los cultivos y las crianzas que podrían adaptarse al cambio de clima y aprovechar nuevos nichos. Definitivamente, la quinua se adapta con facilidad en las zonas altas y también en la Costa. Además de los camélidos sudamericanos, que están bien adaptados, el ganado vacuno es un caso especial, ya que se requiere mayor cantidad de pastos. 

¿Qué sucederá con los desastres naturales?

Ahora van aparecer inundaciones más severas. Con la FAO existe el Plan Nacional de Gestión del Riesgo y Adaptación a los Efectos Adversos del Cambio Climático (Plangrac), para evaluar la vulnerabilidad frente a cuatro eventos extremos fríos en once cultivos, tres forrajes y tres especies de ganado. Hemos logrado levantar un mapa de los lugares de mayor vulnerabilidad, como el sur andino: Apurímac, Huancavelica, Ayacucho y el centro sur de los Andes. No nos debe sorprendernos porque son zonas de pobreza y tienen poca capacidad de respuesta. 

ESTACIONES

Un problema es la recolección de los datos climáticos. Las estaciones que pueden recoger información son pocas para nuestra geografía.

Se necesita información de la temperatura máxima, mínima, las precipitaciones, etcétera. (Diario El Peruano)

Más información: http://www.elperuano.com.pe/edicion/noticia-la-quinua-se-adapta-muy-bien-al-cambio-climatico-21721.aspx#.VAY9vMV5PE3