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¿Qué plantean los partidos sobre políticas agrarias?

Artículo de La Revista Agraria N° 180, publicación mensual del CEPES

Publicado: 2016-02-23

Escribe: Yaku Fernández (1)

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Los planes de gobierno son documentos en donde, en forma ideal, cada organización política presenta la manera en que concibe al país como realidad actual —sus retos y desafíos— y como promesa. En lo que se refiere a la agricultura familiar, la seguridad alimentaria y las comunidades campesinas, los partidos políticos elaboran sus planes con un sesgo particular. En este artículo mostramos las principales coincidencias y diferencias que existen en el tema agrario en los planes de gobierno de los principales partidos: Frente Amplio (FA), Fuerza Popular (FP), Alianza Para el Progreso (APP), Peruanos Por el Kambio (PPK) y Todos Por el Perú (TPP). 

Consensos de los partidos frente al agro

En general, los cinco planes mencionan a grandes rasgos la importancia de la agricultura como garantía de la seguridad alimentaria. En la mayoría de los casos, tienen al menos un punto temático en donde explican su propuesta para el sector. 

Respecto a las comunidades campesinas, todos los planes analizados, excepto el de APP, declaran como meta concluir con la titulación de sus tierras. En agricultura familiar, todos los planes plantean, como enfoque general, el apoyo en asistencia técnica y financiamiento, promoción y aumento de la productividad, pero sin entrar en mayores detalles. La necesidad de repotenciar Agrobanco figura en las perspectivas de FA, PPK, TPP y APP. Todos los planes nombran la seguridad alimentaria, pero no le dan un contenido profundo, salvo el del FA. Parece que entendieran que este concepto debe estar presente, aunque sea solo en forma nominal, para mostrar ante la opinión pública que no obvian el tema. 

Una forma de resumir los consensos en el tema agrario es decir que existe la conciencia común —al menos en el papel— de que no se puede ignorar en un plan de gobierno algún interés por mejorar las condiciones del sector agrario y las comunidades campesinas. Si bien esto es preferible a la ignorancia, esa conciencia común no avanza hacia formas que coloquen a los actores rurales y agrarios como protagonistas de su propio desarrollo. Lo que más predomina es la visión de que este sector necesita ser integrado a la dinámica nacional, visión que no es negativa en sí misma, pero implica ignorar en forma implícita la capacidad de los mismos actores de poder plantear o de significar ellos mismos una opción de desarrollo alternativo. 
Además, en la mayoría de los planes, el sector agrario es concebido sin vincularlo al contexto de la actual realidad global, que impone sus condiciones, descontextualización que resulta alarmante cuando cada vez más voces advierten una coyuntura internacional con bajo crecimiento. Por otra parte, una mirada que se asoma en ciertos planes es la de vincular la estrategia de diversificación productiva con el desarrollo del agro.

Diferencias entre las propuestas

Del conjunto de planes destaca uno en particular, el del FA, que pone sobre el tapete temas que los otros partidos no ven; por ejemplo, defiende políticas de protección de la producción nacional como una forma de lidiar contra las amenazas de la desigual competencia entre los países por los mercados, medidas entre las cuales destacan la restitución de la franja de precios y el antidumping. El FA plantea también conectar la dotación de alimentos en centros escolares con la producción local, de manera que se garantice una mayor seguridad para el pequeño productor. 

Por otro lado, el FA es la única organización que propone poner límites y desincentivos a la concentración de tierras agrarias, ya sea a través de medidas fiscales —como el aumento de la tributación para las grandes tierras—o mediante una ley de tierras. Finalmente, propone crear un subgabinete para el desarrollo del sector agrario, que coordine las acciones en política de distintos ministerios y autoridades. 

Por su parte, TPP mantiene un sesgo muy técnico y centra su atención en generar una infraestructura digital que permita recabar información y ayudar con esto a los productores y a la generación de una mejor comprensión de la realidad agraria y rural. Plantea, además, la mejora de la calidad de los cultivos y el fortalecimiento de las agencias agrarias con fondos públicos. No menciona medidas relacionadas con las comunidades campesinas. 

En el caso de PPK, destaca su detallada atención al tema agrario, con el abordaje de aspectos de diagnóstico, objetivos, estrategias y metas. Presta enorme atención a la necesidad de transferencia tecnológica y de asistencia desde instituciones creadas, como Serviagro. Su estrategia para impulsar el sector se centra en mejorar su competitividad. Finalmente, PPK coloca la voluntad política de cumplir con el artículo 88 de la Constitución(2), como marco del conjunto de políticas de promoción que piensa aplicar. 

Por su lado, APP plantea que el desarrollo de los productores agrarios es una vía para aminorar la presión inflacionaria mediante el aumento de la productividad. Desde una perspectiva estratégica, propone una mejora de la gestión del riesgo a lo largo de toda la cadena productiva. 

Un plan que puede llamar mucho la atención es el de FP, que ha precisado un diagnóstico y un conjunto de medidas para el desarrollo del agro, en especial en lo que se refiere a la gestión de recursos naturales como el agua. Plantea también apuntar la producción de alimentos hacia su inserción en la tendencia mundial de mayor demanda de productos naturales. 

Por último, podría decirse que el plan más pobre es el de Alianza Popular, que se concentra en proponer solo grandes proyectos de infraestructura y programas sociales para el alivio del hambre y la pobreza, aunque se podría destacar como una «innovación» su proyecto de canon comunal y, para las comunidades sin canon, los fondos concursales para proyectos productivos.

Reflexiones finales

Si bien hay cierta evidencia de que las organizaciones políticas que están liderando las opciones electorales tienen alguna conciencia de la importancia del sector agrícola, el trato que le dan es algo diferenciado. En general, mantienen una perspectiva que no se vincula con las tendencias del contexto económico internacional y su real impacto en el país. Probablemente, la propuesta de PPK sea la versión más refinada de la vía «técnica» para el desarrollo del agro, mientras que la del FA es una vía más «política», pues plantea, por ejemplo, límites a la concentración de tierras. Cabe leer más allá de lo que dice cada plan y evaluar qué tan dispuesto está cada organización política, primero, a cumplir lo que promete y, segundo, a colocar al sector agrario y rural en un lugar proporcional a su importancia. Los partidos no deben olvidar que este sector concentra, como ámbito geográfico y demográfico, una proporción mucho mayor a lo que las cifras oficiales estiman, y tiene una influencia económica muy importante, por ejemplo, como gran generadora de empleo.

Notas

1 Asistente de investigación del Cepes.

2 Artículo 88.- El Estado apoya preferentemente el desarrollo agrario. Garantiza el derecho de propiedad sobre la tierra, en forma privada o comunal o en cualquiera otra forma asociativa.


Escrito por

CEPESRURAL

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