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Las propuestas de los partidos sobre seguridad alimentaria : Insuficientes y poco articuladas (Por: Fernando Eguren)

Publicado: 2016-03-04

Escribe: Fernando Eguren (1)

¿Qué dicen los partidos políticos acerca de la seguridad alimentaria? Depende de lo que ellos entiendan por el término seguridad alimentaria.  

Sería de esperar que los expertos que elaboraron los planes de gobierno de los partidos políticos se basaran en la definición contenida en la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional —aprobada en diciembre de 2013—, para, a partir de ella, desarrollar sus planteamientos. La definición de seguridad alimentaria y nutricional es la siguiente:

Seguridad alimentaria y nutricional es el acceso físico, económico y sociocultural de todas las personas en todo momento a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos, de manera que puedan ser utilizados adecuadamente para satisfacer sus necesidades nutricionales, a fin de llevar una vida activa y sana.

De igual manera, la definición que da el Acuerdo Nacional en la decimoquinta política de Estado es muy parecida, lo que no sorprende, pues ambas se basan en la que fue aprobada por la mayor parte de los países del mundo —incluido el Perú— en la Cumbre Mundial Sobre la Alimentación, convocada por la FAO y realizada en Roma en 1996.

Sin embargo, es curioso que los partidos políticos que compiten por acceder a la presidencia del Perú y al Congreso de la República no se refieran a estas definiciones de seguridad alimentaria. En realidad, no se refieren a ninguna definición, lo que puede obedecer a una de dos razones: o no las conocen o el tema les parece de escasa relevancia. Esto último es posible, aunque cueste creer que un asunto de tan vital importancia sea casi invisible o quede relegado al rubro de los asuntos marginales.

Nada nuevo en las propuestas

Es cierto que la mayoría de los partidos políticos ofrecen continuar los programas sociales alimentarios dándoles mayor cobertura, dotándolos de más recursos y mejorando la gestión. También es cierto que ofrecen apoyar a los productores de alimentos otorgándoles más créditos, asesoría técnica, apoyando la asociatividad y titulando sus tierras. Estas acciones se están ejecutando desde hace varios gobiernos, aunque a ritmo lento y en escalas insuficientes. En estas ofertas no hay nada nuevo, y sus impactos han tenido hasta el momento alcances muy limitados. Habría que multiplicar los recursos dirigidos a ellos en diez o veinte veces y hacer que respondan a enfoques territoriales y multisectoriales, para que los impactos se hagan visibles. Tradicionalmente, estos programas, los más grandes, difícilmente exceden las 30 000 o 40 000 familias atendidas, mientras que en nuestro agro hay 2 millones 230 000 familias.

En el ánimo de crear un espacio para facilitar el desarrollo de propuestas de seguridad alimentaria de los partidos, el Cepes, la FAO y la OPS/OMS (2) organizaron un evento el jueves 25 de febrero, al que fueron invitados los principales partidos, de los que asistieron cuatro: Alianza Popular, Frente Amplio, Todos por el Perú y Peruanos por el Kambio (Fuerza Popular, Alianza para el Progreso y Acción Popular, por diferentes razones, no se hicieron presentes). En el foro, los especialistas designados por los partidos expusieron sus planteamientos a más de un centenar de ciudadanos interesados en el tema. 

En síntesis, en las presentaciones se notó la ausencia de una definición de seguridad alimentaria que diese un sentido estratégico a lo que terminaron siendo propuestas con poca conexión entre sí. El representante de Peruanos por el Kambio, a diferencia de los demás, sí se refirió a la definición de la FAO y mostró una mayor familiarización con el tema, pero no logró dar una propuesta integrada sobre la seguridad alimentaria.

Continuidad y propuestas desarticuladas

Las propuestas de Alianza Popular expresadas en el foro se limitaron a afirmar la continuidad de las políticas que se implementaron durante el segundo gobierno de Alan García, en algunos casos cambiando de nombre a los programas. “Voluntad política, mayores recursos, capacidad de gestión”, pareciera ser, en expresión del expositor, la combinación que marcaría la diferencia en un eventual tercer gobierno del partido aprista, esta vez aliado al PPC.

Frente Amplio sorprendió por la ausencia de planteamientos articulados en un tema que debería ser uno de los ofrecimientos fuertes de la izquierda. Después de todo, la vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria aqueja a las poblaciones más pobres, a las que de manera preferencial debería dirigirse la izquierda. La presentación estuvo muy por debajo de lo que ya está escrito en su plan de gobierno.

Las propuestas de Todos por el Perú reflejaron lo que parece ser el rasgo principal de este novísimo partido: el enfoque tecnocrático. Se privilegió una visión de largo plazo, pero con dificultades para analizar cuáles son los ejes centrales de la seguridad alimentaria en la actualidad. La propuesta central tuvo un fuerte sesgo hacia la oferta de producir y difundir en forma masiva semillas mejoradas, lo que, en opinión del expositor, tendría como efecto un gran aumento en los rendimientos de los cultivos y, por ende, en la producción de alimentos.

La presentación de Peruanos por el Kambio fue la más completa, sobre todo al abordar los aspectos agroproductivos y en la desagregación de los programas de salud y de inversión social que, según el representante, serían continuados.

Una revisión de los planes de gobierno de los partidos invitados que no participaron del foro nos muestra que sus planteamientos sobre las políticas que adoptarían en relación con la seguridad alimentaria son igualmente insuficientes y poco articuladas.

Algunas preguntas del público apuntaban a lo que eran ausencias o desarrollos insuficientes en las exposiciones. ¿Apoyarían a que la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, aprobada en mayo de 2013, se aplique de una vez por todas? ¿Están o no están de acuerdo con la utilización se semillas transgénicas? ¿Repondrían la franja de precios a la importación de productos agrarios, que fue suprimida hace poco por el actual gobierno? ¿Se comprometerían a que el Estado compre los alimentos a los productores locales para los programas alimentarios? ¿Qué medidas concretas tomarían para enfrentar el impacto del cambio climático sobre la producción de alimentos? ¿La agricultura urbana contribuiría a la seguridad alimentaria? ¿Qué medidas tomarían para enfrentar el incremento del sobrepeso y la obesidad en la población, producto del consumo de comida chatarra, ultraprocesada?

Un nuevo gobierno deberá responder estas preguntas, ya no frente a un auditorio, sino con políticas concretas. Más vale que en los escasos meses que faltan para el cambio de autoridades, los partidos con posibilidades de ganar encuentren las respuestas.

NOTAS

(1) Sociólogo. Director de La Revista Agraria y presidente del Cepes.

(2) Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud.


Escrito por

CEPESRURAL

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