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Publicado: 2021-11-15
En el marco de la campaña ¡Apoyar las iniciativas populares contra el hambre! presentamos la entrevista a Delia Haustein, miembro del comité técnico de PERUSAN y del consejo directivo de Prisma. La Iniciativa por la Seguridad Alimentaria y Nutricional (PERUSAN) es un esfuerzo colectivo de organizaciones de la sociedad civil que desarrolla acciones para generar compromisos políticos y promover acciones para reducir la desnutrición crónica infantil (DCI) en el Perú.
- En el año 2020 aumentó la pobreza por la paralización de la mayoría de las actividades económicas, debido al estado de emergencia nacional establecido para combatir la pandemia de Covid-19. ¿Habría consecuencias en el tipo de la alimentación de los peruanos?
- Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) se ha dado un incremento de la pobreza del 30%, cifra muy alta y que implica un retroceso de más de 10 años en la lucha contra la pobreza. No tenemos datos de consumo durante la pandemia, a través del INEI, pero sí hubo encuestas de organizaciones internacionales, como el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, y de instituciones nacionales, como la Universidad Cayetano Heredia, que dan cuenta del cambio en el consumo de alimentos procesados. Eso es un mal cambio en el sentido de que nosotros tenemos una tasa de desnutrición crónica infantil que está en alrededor de 12%, pero lo que más preocupa es la alta tasa de sobrepeso y obesidad: entre los 39 y 59 años de edad el 70% de la gente tiene sobrepeso y obesidad. Eso es un problema en condiciones normales porque se incrementan las enfermedades crónicas, pero durante la pandemia esto ha significado una alta tasa de mortalidad. Hemos podido observar que más del 85% de quienes han fallecido por el Covid-19 tenían sobrepeso y obesidad.
- ¿Urge atender esa tendencia en el incremento de la tasa de sobrepeso y obesidad?
- Es algo que tenemos que tratar de parar y comenzar a revertir. Para lograr esto tenemos que trabajar mucho más fuerte en un tema de alimentación saludable; ya no hablar de desnutrición crónica infantil, o de sobrepeso u obesidad, sino hablar de un mayor consumo de frutas y verduras que normalmente, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), es muy baja. Entonces ¿qué está ocurriendo con la alimentación durante la pandemia? Vemos que la calidad de la alimentación está yendo en el sentido contrario al que debería de ir y, por tanto, necesitamos urgentemente realizar intervenciones de educación a la población en alimentación saludable.
- Al respecto ¿qué está proponiendo la Iniciativa por la Seguridad Alimentaria y Nutricional (PERUSAN)?
- En este tema de la alimentación saludable PERUSAN propone trabajar con los chicos en etapa escolar. En los colegios deberíamos estar educando a los chicos de una manera más sencilla y práctica de qué cosa es una buena alimentación, y qué cosa no. Aprovechando que tenemos el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma y el Programa Nacional Cuna Más, deberíamos asegurarnos de que esos dos programas entreguen una ración que establezca el hábito de comer saludable en los niños desde pequeños. Yo creo que esta propuesta de promover la alimentación saludable en etapa escolar es algo relativamente nuevo en el país y creo que deberíamos empujarlo desde el Ministerio de Educación y desde el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
- ¿Esta alarmante situación de incremento de la pobreza, desnutrición crónica, sobrepeso y obesidad, incluye a la población de zonas rurales?
- La tasa de pobreza es mucho más alta en zonas rurales que en zonas urbanas. Pero durante la pandemia el incremento de la pobreza ha sido mayor en las zonas urbanas que en zonas rurales. Entonces deberíamos hablar de una pobreza más crónica en las zonas rurales y una pobreza más aguda por la pandemia en las zonas urbanas. ¿Qué significa esto? Probablemente en las zonas urbanas la alimentación durante la pandemia ha cambiado más, necesitándose adaptar a los menores ingresos En la zona rural, sin embargo, la cosa está mal siempre, con pandemia o sin pandemia, la población rural tiene una tasa más alta de desnutrición crónica infantil, está por encima del 20%, la pobreza es mayor en las zonas rurales y, como se sabe, pobreza significa no tener capacidad económica de acceder a una canasta de alimentación saludable.
- En las áreas rurales se desarrolla la agricultura familiar de subsistencia. Esta agricultura en la pandemia no dejó de producir alimentos ¿Merece mayor atención del gobierno central?
- Efectivamente, sabemos que la mayor parte de la población rural se dedica a la producción agropecuaria, estamos hablando de aquellas personas que son las que producen los alimentos, que nos dan de comer. Entonces, ahí hay un serio problema a considerar, de la necesidad de apoyar a esas personas, no solamente porque siempre son los más pobres como población en general, sino además son personas que invierten y se descapitalizan a la hora de la producción, y eso es un tema que deberíamos tener mucho cuidado de atender como país. Hay experiencias como los mercados itinerantes, donde la cadena de comercialización es corta, es algo que ha sido un salvavidas en el contexto de pandemia, que deberían convertirse en algo permanente, porque si hay un problema que tienen los agricultores, es el tema de la comercialización de sus productos, cualquier emergencia, lluvias, sequías o incluso problemas sociales, como la huelga, interrumpen la capacidad de comercializar sus productos, no pueden vender. En PERUSAN, consideramos que este grupo debería de ser atendido de una manera muy especial, entregando bonos a las familias de la agricultura familiar a más largo plazo, también un apoyo continuo para mejorar su productividad. Y no estamos hablando solo de agricultura familiar sino también de pesca artesanal, productos que son parte de la dieta de todos los peruanos.
