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Conflicto Rusia-Ucrania: Repercusiones para nuestra agricultura y seguridad alimentaria nacional

Por Miguel Pintado, investigador del Cepes.

Publicado: 2022-02-25


En un mundo cada vez más globalizado los eventos internacionales pueden tener repercusiones económicas inmediatas, casi en tiempo real. Solo horas antes de que el presidente ruso Vladimir Putin anunciara la ‘operación militar especial’ y disponga la ocupación de la vecina Ucrania, el precio del petróleo ya superaba la valla de los 100 dólares por barril, valor no alcanzado en los últimos 7 años. Siendo el petróleo el commodity energético más importante a nivel mundial, los impactos económicos globales no se harán esperar. A partir de esta coyuntura global hay riesgos muy altos para la agricultura y la seguridad alimentaria de nuestro país.

La úrea –fertilizante derivado del petróleo– es el principal insumo importado para nuestra producción agrícola; su precio y disponibilidad están, por lo tanto, sujetos a la volatilidad internacional. Más aún cuando nuestro abastecedor más importante es Rusia.

Según el censo agropecuario del año 2012, el 62% de los productores agrarios del país que usan abonos, utilizan fertilizantes químicos, siendo el principal la úrea. El incremento de su precio, por tanto, puede generar sobrecostos de producción y poner en riesgo la disponibilidad y el acceso de alimentos en el mercado interno. Entre los principales productos que se verían afectados, dado el uso intensivo que hacen de estos fertilizantes, están la papa, el maíz y el arroz.

Otro riesgo previsto atañe a la estabilidad y disponibilidad de algunas importaciones esenciales. Por un lado, como ya mencionamos, la subida de precios del petróleo afectará los costos de producción agrícola, no solo en nuestro país, sino en todos los países productores en el mundo, por lo que ciertos bienes agrícolas comercializados se encarecerán. Por otro lado, adicional al efecto precio, se puede sumar un efecto en las cantidades (desequilibrios de stocks) con lo cual las presiones al alza se pueden multiplicar.

Los dos principales productos importados con un potencial impacto directo en el consumo interno son el trigo y el maíz amarillo duro, dada la fuerte dependencia externa que mantenemos. Según la última información de la plataforma estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAOSTAT), las importaciones de estos productos representan el 99% y el 77% de nuestros suministros internos, respectivamente. Por tanto, cambios bruscos en los precios globales de estos productos se traducirán rápidamente en una inflación interna en los diferentes derivados del trigo, tales como el pan, los fideos, las galletas y las harinas, así como en la carne de aves y huevos, por el lado del maíz amarillo duro.

Estos puntos son solo potenciales efectos en el corto plazo. Por la magnitud prevista de este conflicto, es muy probable que las repercusiones internacionales se prolonguen y se agraven con el transcurso del tiempo. Esperemos que este conflicto se resuelva prontamente y no escale más, ya que, de no ser así, muchas estructuras económicas, financieras, geopolíticas y sociales alrededor del mundo pueden verse amenazadas.

El Estado peruano debe, desde ya, tomar las medidas para amortiguar los impactos sobre nuestra agricultura y seguridad alimentaria.


Escrito por

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